jueves, 16 de julio de 2009

Procesion Chalma

Dum chaca dum

¡El esqueleto!

El esqueleto tejido con sombras envueltas

en rojo fuego dirige la marcha

bajo el clamoroso ruido de atabales,

crótalos y matracas,

uniendo el castañeo de su flocadura ósea

al furor de la marcha.

Enmascarados nonatos bailan poseídos

ocultando tras tales caretas burlescas

sus lívidos rostros desfigurados,

levantando polvo de la calzada con

pies ligeros.

Los felinos-lagarto del mescal atraviesan

su danza entre el incienso y el benjuí

que sahúman las viejas herbolarias;

a lo lejos, su jolgorio se anuncia calle arriba.

Desde sus balcones descantillados las

familias otean tal festividad idólatra

que a la débil luz del mediodía

las ánimas agusanan en un contraste

de musgo fosforescente

abismando el delirio de sus carcajadas

desalmadas

¡La procesión, la procesión!

Asoman los vejetes a sus dinteles en

lontananza y los niños entusiasmados

persiguen la marcha con sus máscaras

que por ocasión los artesanos del

mercado han vendido y sus maracas

de calabaza.

Por la avenida principal marchan,

hacia la plaza mayor, como una marea negra

de caníbales devorándose mutuamente

las lenguas al son de dulces tiroriros

y estruendosos cuetones.

Prrrooommm! brommm!

Los santeros escupen brebajes al viento

cantando a Xólotl sus oraciones

que como si se tratase de un ambiguo

responso despierta a las santas

monstruosidades del inframundo

mientras, en el cementerio, los difuntos

sacuden sus pesados cuerpos

Xólotl ha oído sus burdas plegarias y

a manera de respuesta desata una

copiosa lluvia que cae a ráfagas sonoras

sobre los extasiados devotos

quienes entre centelleos intermitentes

van transformándose en demonios.

Quería escribir un poema paisajista como ameritaría la ocasión, tener tiempo para investigar acerca de esta procesión de la cual nada sé o en la mejor dimensión del poema viajar y ser testigo del espectáculo, pero falto de toda información, dinero, ubicuidad, procedí a recrearlo entre la imaginación y la intuición, tarea difícil sin un punto fiable, así que me fui a dormir. Entonces me llegó un ritmo en sueños, un ligero temblor a las tres a.m. me despertó luego y supe que era tiempo de escribir.

1 comentarios:

Paco Marzo dijo...

que la muerte sea la fiesta donde nadie se quede fuera!! que podamos seguir festejando que al fin dejamos de vivir... que viva la muerte, Viva! viva! viva!