Dum chaca dum
¡El esqueleto!
El esqueleto tejido con sombras envueltas
en rojo fuego dirige la marcha
bajo el clamoroso ruido de atabales,
crótalos y matracas,
uniendo el castañeo de su flocadura ósea
al furor de la marcha.
Enmascarados nonatos bailan poseídos
ocultando tras tales caretas burlescas
sus lívidos rostros desfigurados,
levantando polvo de la calzada con
pies ligeros.
Los felinos-lagarto del mescal atraviesan
su danza entre el incienso y el benjuí
que sahúman las viejas herbolarias;
a lo lejos, su jolgorio se anuncia calle arriba.
Desde sus balcones descantillados las
familias otean tal festividad idólatra
que a la débil luz del mediodía
las ánimas agusanan en un contraste
de musgo fosforescente
abismando el delirio de sus carcajadas
desalmadas
¡La procesión, la procesión!
Asoman los vejetes a sus dinteles en
lontananza y los niños entusiasmados
persiguen la marcha con sus máscaras
que por ocasión los artesanos del
mercado han vendido y sus maracas
de calabaza.
Por la avenida principal marchan,
hacia la plaza mayor, como una marea negra
de caníbales devorándose mutuamente
las lenguas al son de dulces tiroriros
y estruendosos cuetones.
Prrrooommm! brommm!
Los santeros escupen brebajes al viento
cantando a Xólotl sus oraciones
que como si se tratase de un ambiguo
responso despierta a las santas
monstruosidades del inframundo
mientras, en el cementerio, los difuntos
sacuden sus pesados cuerpos
Xólotl ha oído sus burdas plegarias y
a manera de respuesta desata una
copiosa lluvia que cae a ráfagas sonoras
sobre los extasiados devotos
quienes entre centelleos intermitentes
van transformándose en demonios.
Quería escribir un poema paisajista como ameritaría la ocasión, tener tiempo para investigar acerca de esta procesión de la cual nada sé o en la mejor dimensión del poema viajar y ser testigo del espectáculo, pero falto de toda información, dinero, ubicuidad, procedí a recrearlo entre la imaginación y la intuición, tarea difícil sin un punto fiable, así que me fui a dormir. Entonces me llegó un ritmo en sueños, un ligero temblor a las tres a.m. me despertó luego y supe que era tiempo de escribir.
1 comentarios:
que la muerte sea la fiesta donde nadie se quede fuera!! que podamos seguir festejando que al fin dejamos de vivir... que viva la muerte, Viva! viva! viva!
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