lunes, 23 de noviembre de 2009

“Ace of Clubs”: Las mujeres de Lindner

¿Qué es la mujer? Y, en todo caso, ¿Por qué la mujer? Al parecer Lindner trato de resolver el problema en sus elaboradas masturbaciones mentales frente a un lienzo, quizá tra de dotar a la mujer de una respuesta, de una mirada o de un espíritu en sus pinturas. A mi parecer, esta intención la noto en “Ace of Clubs”.

Un hombre sentado con la mirada perdida, edulcorado en falsa elegancia y con esas tonalidades fúnebres y no participativas. Sobresale a su costado una mal proporcionada mujer, con los pechos desnudos, como una Venus de Willendorf grafiteada, y con ese regalo del gran Lindner; colores que incitan a la diversión sexual, y la lascivia artística. Ahora ¿Qué es la mujer? y ¿Por qué justo en ella se explora la desnudez alegórica y no en el hombre? Lo que Lindner, me parece, trata de resolver, es como hemos (todos) colocado a la mujer como centro de sexualidad, como si su espíritu (geist) estuviera entre sus piernas y su cerebro en la oscilación de sus pechos. Hemos, además, burlado todas aquellas normas clásicas de aquella Belleza (con B) vitruviana, a saber: “la cabeza contenida siete veces y media en la altura total del cuerpo, o la proporcionalidad entre la longitud de la mano y la altura de la cara, o las muñecas claramente delgadas, cutis fino, y demás parámetros.” Y es entonces, con esta burla, que rescatamos la “gracia, voluptuosidad desproporcionada y aquel sex appealque tanto deseamos en el objeto sexual. Ademas, ¿no sería aburrido admirar y desear la “Belleza”?.

Miremos a la dama en el cuadro. Explícitamente sugerente, disfrazada del coito mismo, parece querer reenfocar la atención continuamente ¿y acaso no es arrechable? ¿No es lo que deseamos (Todos)? Es aquí donde se quiebra la regla de la Belleza Única y comenzamos a sugerir una belleza subjetiva basada en el “sex appeal”. Pienso que para Lindner la mujer representa ese simbolismo, ese erotismo atractivo y esa emanación de sensualidad, todo dentro de un cuerpo que visiblemente rompe con lo que llamamos “belleza angelical” y que finalmente se amista solo con la vulgaridad y la desproporción corporal. ¿Por qué la mujer? Pero, ¿Y qué merito hace el hombre?

Lindner es un genio, y no solo su técnica de artista, sino su simbolismo hacen que uno se estremezca. Me interesa la publicidad, y por ende Lindner.

2 comentarios:

Raquel Getzel dijo...

Olvidas querido Eduardo que el pintor es hombre, ambos cuadros muestran claramente la posición del hombre de acuerdo a Lindner. El hombre ve, el hombre admira, el hombre nunca pierde la cordura. El hombre tiene que mantener el equilibrio en un mundo donde la mujer le da la espalda a la prudencia y el buen juicio. Sin el recato de los hombres, pensará Lindner, al mundo le faltaría un brassier.

Raquel Getzel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.