domingo, 30 de agosto de 2009

Breathe

Este invierno enmudece las calles, le desfigura el rostro a los niños, vuelve de metal, el eco de todo este vacío cuando tus piernas se cruzan, en otra cama, y sin embargo aún crepita su humedad, en mi nuca aquí, donde el tiempo es la longitud de las sombras, y el frío , se parece tanto a tus manos Debo admitir que las primeras veces que traté de escribir algo con la letra A, nada salió, nada fluyó, hasta que no sé como, las diferentes tipografías me hicieron imaginar las piernas de una mujer. Quizás la forma, que se yo, y bueno, nació esto, un poema algo melancólico, que agudiza las notas de estas noches sin cuentos.

No se puede decir A.

Si bien puede ser un juego ¡no lo es!, es un ejercicio que exige de-construir el orden común de expresión. Este intento puede conmover los procesos de locución e incluso destruir el entendimiento del mundo como lo conocemos. Proceder según este criterio, nos propone primero discurrir un medio y luego eludir los errores epistemológicos de costumbre.

Eludir un signo lingüístico de primer orden envuelve un riguroso procedimiento de dicción, que exige el uso de sinónimos lógicos y escribir con ingenio consciente. Producir con un reducido número de preposiciones y conectores es un reto, no excederse en el uso de verbos y nombres propios, requiere control sobre el texto. Otro de los límites en este ejercicio es el género, pues el contenido reduce su voz femenil.

Dentro de un producto con este procedimiento se debe huir de cuestiones que constituyen hechos frecuentes del hombre: lo político, económico y lo histórico de instituciones en occidente. No porque imposibilite el proceso del producto, sino porque, existen menos limites de este modo. Concierne entonces un texto de reflexión, critico, del estilo y no del contenido.

En conclusión, todo se reduce como juego si se ve con ojos de lector.

Creo que la literatura es un proceso de ocultamiento y siendo la letra A el tema, ella seria quien se escondería y nosotros quienes contemos hasta cien para salirle al encuentro.

Onirismo

Las mujeres revientan acidófilas v e r d e s hundiéndose como rombos en sus bosques... hay un peregrinaje de focos: mugre copulando y dejo los dedos en la repisa del vecino resuenan como virutas de niños fetos con hambre de arruga coja... el ruido se hace piedra en la garganta t-a-m-b-a-l-e-a las mujeres se desbridan cianóticas sus ojos son dos testículos cocidos... -la afonía comprime las ventanas- y todo vuelve soy las mujeres que me engullen. La creación, y un sueño: yo no veo más que una piscina llena de piernas y vaginas, muslos y senos; coreografía y barahúnda, abren y cierran sus dobles abismos, a la vez que se ahogan. Hablo y todas ellas saltan y vuelven a llenar sus pulmones de aire; entonces hay una multiplicación de voces en mi cuerpo. Sólo suplico que me arrastren…

jueves, 20 de agosto de 2009

La Griega pendeja y un cuento del Corán.

Un buen profesor de lingüística hablaría así a sus alumnos: “Nacimos explícitamente en el 800 a.C.” Explícitamente quiere decir formalmente, quiere decir, a su vez, que se ha dejado de lado lo implícito, a saber; la parafernalia y la nadería de lo no registrado. Ni 6 mil (aparición de la escritura fenicia) ni 2 mil a. C (aparición de la escritura consonántica) han explotado tanto nuestro mundo real como el 8 mil a. C : fecha oficial del nacimiento del alfabeto. Evidentemente el alfabeto como tal había sido implícitamente utilizado por otras antiguas culturas; la fenicia, la etrusca o la infaltable hebrea, entre las más mentadas, pero fue la cultura griega con su carnosa vitalidad la que formalizó la invisibilidad del mando.

Para explicar todo esto, (y para calmar precoces excelsitudes) refiero a una pequeña anécdota ocurrida hace poco. Estuve de visita en una comunidad islámica ubicada en una parte céntrica de la ciudad de Lima (Perú) con el fin de completar una actividad universitaria. Al llegar a dicha comunidad las personas que me recibieron fueron extremadamente amables y cordiales, entre ellas se encontraba una persona en especial, una especie de “pastor” o “intermediario de Dios”, como ellos mismos refieren. Este personaje hablaba aun el idioma de raíces semitas y necesitaba un intérprete para satisfacer las preguntas que le efectuaría. Evidentemente yo no entendía ni un real de este idioma, pero si sedujo mi atención las palabras no consonánticas que se repetían en demasía cuando el erudito hablaba, palabras como: “Allah, Sahada, Salat, Saum, Zakat, o Hajj.” Apuntando de forma aleatoria en una libreta, me di con la sorpresa que la letra A, la E y la I (en ese orden) eran las letras que más se repetían de ese idioma. Trabajando después ese hecho, sabía de antemano otro mucho más curioso, aquel que afirmaba a los griegos primeros como inventores del vocabulario. Cualquier mortal glorificaría a esos viejos enclenques, pero quizá no fueron tan gloriosos como los imaginamos, sino más bien unos vulgares picaros del campo.

Cuando revise la aparición del vocabulario griego, coteje también que su aparición estaba demasiado relacionada con el desarrollo de ciertos cambios políticos, guerras y falta de dominio en la civilización. ¿Para qué formalizaron los griegos el alfabeto? Sería la pregunta más acertada. La respuesta estaría en la Democracia griega, en el mando, en la tiranía y la sed de dominar. La democracia griega era una política tiránica, salvaje y unidireccional, la democracia griega no era como nuestra democracia actual, que con alada postración solemos admirar. Sabemos pues que algunos mandaban en este sistema político, y que muchos obedecían (hecho perfectamente entendible). Sin embargo, los griegos formalizaron el alfabeto básicamente no por un tema de comunicación o ingenio supino, sino porque el vocabulario es el instrumento mas propicio para mandar, a comparación de las consonantes que se prestan mucho mas para la interpretación y el debate. ¡A! ¡E! ¡I! ¡O! ¡U! es más ruidoso y tórrido que ¡K!, ¡Q!, ¡B! ¡C! si vas a mandar o dar una orden pues es más lógico hacerlo con las vocales que con las consonantes. Regresando a los adeptos del islam, su fonética encierra una particularidad. Si bien ellos pronuncian letras del vocabulario, lo hacen con mayor frecuencia en las indicadas anteriormente: A, E e I. Pero estas, a pesar de ser vocales y a pesar de estar aljofaradas dentro del cuadro del “mando/dominación”, pertenecen, por fuerza fonética a las llamadas “letras sumisas” o “letras de sumisión”. La “A”, “E” y la “I” expresan mas sumisión que la “U” o la “O” que son directamente vocales de dominación. Un mensaje que utiliza debidamente el vocabulario puede hacer que una persona reaccione de forma sumisa o que se exalte de forma aguerrida. El islam (múslim/musulmán/sometido) denota en su misma fonética sometimiento, la fonética alemana, por otro lado, denota poderío y exaltación: “Proletarier aller Länder, vereinigt euch!“ (Proletariados del mundo unios) una fonetica dura, seca y mandatoria.

Si despejamos el vocabulario y nos encontramos unicamente con la letra A, no solo nos damos cuenta de su sexualidad femenina o de su pluralidad gráfica, si no de su esencia sumisa, su naturaleza obediente, callada, excelsa en misericordia, y tal vez patologica, tal vez algo amargada, tal vez algo rencorosa y reactiva. Las culturas antiguas y las primeras civilizaciones acentuaban implicitamente en la letra A y en las vocales. Después de que estas civilizaciones vocalicas quedaran opacadas tras un largo dominio de culturas civilizadas y versallescas, de letras consonanticas y de peripecias de la razón, nos preguntamos ahora, cuando las aguas del debate intelectual han terminado ya, ¿hoy en día, que letras utilizamos más, las vocalicas o las consonanticas? ¿A caso precenciamos una derrota consonantica en la fonetica moderna?

No entendí el tema de la "A" en un comienzo, hablar de lo femenino quizá iba a ser algo insistente. "Asterix y Obelix" se me vino a la mente, me atrapo el recuerdo de esas ceñidas vestimentas vikingas y recordé a algún personaje secundario de la tira cómica que usaba esas mal llamadas "sabanas" greco-romanas. De allí recordé a los griegos, a Pericles, Tucídides y las guerras Médicas, la Democracia tiránica, las vocales y la posterior coerción de las mismas...las vocales y las sabanas blancas de Tucídides...cuán incomodo habría sido ir al baño con tremenda parafernalia encima.

El triangulo que abandonó la pirámide

El triangulo que abandonó la pirámide

alargó su par de pendientes

y elevó la tierra hasta el ombligo

derramó la forma exiliada de su aventura

se clavó en la palabra que es Ala o es Abismo

en la palabra que ama

que amanece

que interroga

que acciona un absurdo

que abre las puertas

y penetra en los discursos

en los acuerdos internacionales

en el silencio que brota de la emoción

en las pequeñas notas que cuelgan

de imanes en el corazón

Va trepada en la última palabra de un suicida

en la fiera que se esconde en los arbustos

en la carta de amor sobre las manos de Alejandra

la que vuela

la que abraza la zeta cuando fumo en la azotea

la que ha hecho nido en la garganta

la que empieza un poema

la que termina en Luna

y renace en la alborada

Entonces hacen fila para concurrir a los Asesinatos,

para dilatar el nacimiento del escalofrió

que sólo dice ¡Ay, Ay!

y acude al bar,

a la farra que nos dimos por ella,

la primera, la única que escribe “Aorta”

cuando sangra nuestro pecho

y si la dibujara en un vaivén de formas

si acariciara sus caderas que alucino

si la respirara desprevenida en el aire

si me alimentara de ella sólo parar decir todo esto

si ella se escapara del Adagio

de la resonancia del piano

o del viento del saxo

entonces del silencio brotaría el gemido

y se derramaría el Azul de nuestras copas

bueno la creación de este texto de la imagen de la A, pues la A es un triangulo que ya no lo es, de allí empezó todo, después de tener una pequeña lista de palabras que empiezan con A como Ala Abismo Amor Alejandra etc. o Amanecer acariciar accionar abrir etc. después de sentir la profundidad de las palabras

empecé a unirlo todo

así fue la creación de este texto